Genómica ambiental aplicada a la conservación de los corales
Los océanos son un referente para la salud del planeta, ya que absorben más del 90% de la energía solar. Demuestran hasta qué punto el aumento de las temperaturas amenaza los arrecifes de coral y otros ecosistemas vitales que sustentan la biodiversidad. En 2016 y 2017, un aumento abrupto de las temperaturas superficiales en el Océano Pacífico provocó un blanqueamiento masivo a una escala sin precedentes. La Gran Barrera de Coral de Australia se vio especialmente afectada.
El blanqueamiento ocurre cuando el estrés por calor interrumpe la relación simbiótica entre los corales y las pequeñas algas que viven dentro de ellos, que proporcionan una fuente de nutrientes para los corales y dándoles su color. El blanqueamiento persistente puede provocar la muerte del coral. En las últimas dos décadas, las olas de calor anormales hicieron que secciones enteras de arrecifes frente a la costa de Australia, que medían varios kilómetros de longitud, se volvieran blancas.
Los científicos ya han descubierto que algunos arrecifes están mejor equipados que otros para hacer frente al estrés térmico recurrente. Para la investigación de su tesis, Oliver Selmoni, asistente de doctorado en el Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica (LASIG) de la EPFL, aplicó los principios de la genómica ambiental para caracterizar esta capacidad de adaptación. Selmoni hizo una referencia cruzada de los resultados de los análisis genéticos de muestras de coral con los datos de temperatura del océano capturados por satélites para determinar qué hizo que algunos corales pudieran soportar mejor las temperaturas crecientes.
Fuente