La modificación de prácticas poco sostenibles es un desafío a mediano y largo plazo que los proyectos muchas veces asumen. En estos casos, es crucial que las acciones se acompañen de una comunicación estratégica que promueva la apropiación de cambios sociales positivos.
En otras palabras, es necesaria la creación de un proceso comunicativo que informe, sensibilice y persuada al público objetivo sobre un fenómeno concreto y sus soluciones.
Para lograr este resultado, la comunicación debe visualizarse como una actividad que acompañe en todo momento las acciones diseñadas. En este sentido, uno de los desafíos más importantes es la sostenibilidad y congruencia de las campañas debido a la limitación de recursos humanos, económicos y técnicos de los proyectos.
Por ello, es relevante tener en cuenta:
En definitiva, un plan de comunicación que tiene un presupuesto asignado desde el inicio ayuda a definir objetivos e identificar y caracterizar a los públicos meta. También permite elaborar líneas discursivas, plantear acciones tácticas y establecer indicadores de éxito.
La comunicación estratégica plasmada en un plan de acción genera múltiples beneficios, ya que permite:
Antes de iniciar la realización de un plan de acción, es necesario responder a las siguientes preguntas:
Esto permitirá generar un diagnóstico interno que guiará la elaboración del plan en sus diversas fases. Es decir, servirá de brújula para detonar un proceso más complejo.